LIDERAZGO
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En el
artículo anterior, me referí a la falsa creencia que se tiene de que el dueño
de la empresa es el líder de la misma, pues no.
En la gran
mayoría de las veces, el dueño, es simplemente eso, el dueño y por esa razón
debemos revisar el momento en que inicia su proceso. Uno momento es cuando
inicia la empresa y otro momento es cuando la empresa ya está desarrollándose
en el mercado.
Cuando la
empresa está iniciando, lo típico es que el dueño haya contratado un pequeño
grupo de personas a las que para lograr que trabajen junto a él, les brinda un
trato de mucho respeto, motivador, conciliador y hasta de guía en la mayoría de
los casos. Esto no es lo que sucede cuando la empresa ya está desarrollada, ya
que en este último caso, los dueños terminan más preocupados por los resultados
que por las personas que lograr esos mismos resultados.
Entonces, no
tenemos otra cosa que un "jefe" y no voy a tratar aquí este
tema de las comparaciones entre jefe y líder. Lo que sí debo dejar claro, es
que el que nunca ha iniciado una empresa no puede pretender dictar cátedras de
cómo establecer la relación entre el dueño y sus empleados, actitud esta que no
es para nada fácil y que por el contrario, genera un sinnúmero de situaciones.
Una de las
principales razones por las cuales se hace necesario el estudio de las
habilidades directivas, es precisamente porque estudiar las habilidades que
debe tener un dirigente nos lleva a la necesidad de que debe poseer la
habilidad humana, esto es: que posea la habilidad de interactuar efectivamente
con la gente. Un
directivo interactúa y coopera principalmente con los empleados a su cargo;
muchos también tienen que tratar con clientes, proveedores, aliados, etc.
Muchos
autores argumentan la necesidad de que se posean las habilidades directivas y
nos permiten establecer que la habilidad humana es requerida en todos los
niveles de la organización, ya comentaremos posteriormente las otras habilidades
como son las técnicas y las conceptuales.
Regresando
al tema de los autores, me encantaría dejar sentado aquí lo que Oscar Fajardo
nos comparte respecto a las habilidades mínimas que debe poseer un directivo.
Veamos:
a.
Autoconocimiento.
b.
Visión
y pensamiento estratégico.
c.
Dominio
de las técnicas de captación de información.
d.
Conocimiento
del negocio y capacidad sistémica.
e.
Gestión
de equipo.
f.
Comunicación.
g.
Habilidades
negociadoras.
h.
Gestionar
los proyectos.
i.
Control
y supervisión.
j.
Inteligencia
emocional y social.
k.
Gestión
de las crisis y del cambio.
l.
Estilo
de liderazgo.
En
definitiva, el directivo ha de ser una persona muy completa que maneje las
llamadas habilidades hard (conocimientos técnicos y de negocio) con las
habilidades soft (liderazgo de personas, comunicación, negociación, etc.)
Cualquier fallo en estas habilidades hará que el rumbo de la organización se
resienta.
La necesidad
de conocimientos y habilidades para una dirección efectiva puede ser tan amplia
como se desee.